Proyectemos el amor más allá de los límites de nuestra individualidad. ¡Feliz Navidad!
Más allá de cualquier religión, la Navidad representa un momento estelar en el año, cuando la Luz Crística es un potente faro para la conciencia humana. Todos los grandes personajes de nuestra historia, los que marcaron un camino de amor e iluminaron las conciencias, son partes de nuestra psique. En realidad, más allá de las interpretaciones dogmáticas, deberíamos celebrar también los nacimientos de cualquier guía, de los personajes y entidades que aportan un mensaje trascendente a nuestras vidas. Posiblemente aún nos falte mucha unión y coherencia para llegar a entender y homenajear estos referentes si no somos partícipes de sus legados, pero tengo plena confianza que ese día llegará, cuando la humanidad deje de ser una Torre de Babel.
Esta Navidad llega con fuerza ya que coincide energéticamente con el proceso de la Luna llena del día 22, (el proceso del plenilunio es de 5 días: 2 de subida, 1 de Luna llena y dos de bajada), encendiendo las luminarias internas de una forma realmente potente.
En el mapa astrológico también tendremos por orbe, un trígono del Sol con Urano, y una cuadratura de Mercurio con Neptuno. Por una parte podemos promover momentos de intensísima vibración amorosa, por otra, alerta con los excesos de cualquier clase, desde la verborrea hasta el pasarse con la comida y la bebida, exagerando artificialmente los estados de euforia.
Recordemos que son fechas en las que la semilla de un nuevo amanecer tiene el propósito de reconducir nuestras vidas, sepamos anidarla amorosamente con intención, frecuencia y coherencia cardiaca, que es la del Amor Puro.
¡Feliz Navidad!