El tránsito de Urano en Géminis se une al de Neptuno en Aries y Plutón en Acuario, para completar el mapa celestial y promover grandes cambios en nuestra Tierra humana.
Tránsito de Urano en Géminis
Han transcurrido ya siete años desde el tránsito de Urano por Tauro, un evento que exploramos en mayo de 2018.
Ahora, un nuevo acontecimiento estelar nos llama la atención: Urano ha ingresado en Géminis el 7 de julio de 2025, donde permanecerá hasta finales de agosto de 2032. Este movimiento se suma a los significativos cambios astrológicos recientes, como el paso de Plutón por Acuario y el tránsito de Neptuno por Aries.
Es importante recordar que la última vez que Urano estuvo en Géminis fue entre 1941 y 1948, un periodo marcado por grandes descubrimientos en los ámbitos social, tecnológico y de comunicación. La primera generación de computadoras surgió en 1940 y, desde entonces, los avances en este campo no han dejado de crecer, transformando nuestras interacciones a nivel global. Así, se abre un nuevo capítulo de transformación en el sector de la comunicación tecnológica, repleto de posibilidades fascinantes.
Características de Urano
Antes de profundizar en este tránsito, que promete ser tanto esperanzador como perturbador, revisemos las características de Urano.
En la Astrología mitológica, Urano es el dios del Olimpo, engendrado por Caos (el Cielo) y Gaia (la Tierra). A pesar de su vasta descendencia, no estaba satisfecho con su prole y repetidamente los encerraba en el vientre de Gaia. Esta metáfora representa un ideal que nunca cumple con las expectativas. La energía uraniana busca la perfección, pero al concretarse, pierde su encanto. Por ello, identificarse o aferrarse a situaciones nunca será el propósito de Urano; su esencia radica en explorar nuevas experiencias.
Urano provoca alteraciones, rompe estructuras y nos invita a elegir entre el deber, el compromiso y lo políticamente correcto, o la aventura y la ruptura de barreras. Este planeta nos impulsa a actuar, a desafiar leyes obsoletas, aunque este proceso pueda generar resistencia al confrontar tendencias antiguas o aspectos estancados en nosotros. Los revolucionarios a menudo son mal recibidos, especialmente cuando desafían ideas arcaicas.
Desde la perspectiva de la Astrología cabalística, Urano es la octava superior a Venus, simbolizando un mundo de ensueño más allá del Arco Iris. Es Hochmah, y representa el motor del amor mágico, que solo se puede alcanzar con sabiduría. Originalidad, sanación, intuición, descubrimientos vanguardistas, libertad de pensamiento y emancipación son tendencias que este arquetipo busca fomentar.
Estamos ante el inicio de una nueva aventura, donde exploraremos nuevas formas de comunicación, expresión e ideologías. Aquellos que no estén dispuestos a cambiar o a salir de lo convencional podrían encontrar difícil "soportar" la intensa vibración de Urano, que, además de regir la piel, está asociado al sistema nervioso.
Urano en Hod: La Búsqueda de la Verdad y la Autenticidad
En el Árbol Cabalístico, Urano transita por Hod, el Sefirah de la Verdad y la autenticidad, ubicado en Yetzirah, el Mundo de Formación. Su objetivo es ofrecer un nuevo enfoque a la realidad, abriendo el intelecto hacia la búsqueda de lo trascendente y fomentando una sensibilidad hacia las realidades del corazón a través de la razón, sin caer en el sentimentalismo.
Urano en Géminis ha de producir creaciones, pensamientos más elevados, creando la necesidad de proponer la coherencia. Kabaleb decía que el Amor de Hochmah en Géminis produce leyes contra la desigualdad, contra la mentira, contra los atentados a la existencia para defender grandes causas en aras de una sociedad más justa e igualitaria.
Así, uno de los propósitos fundamentales de este planeta revolucionario es romper con actitudes sectarias y obsoletas que van en contra de la humanidad.
A lo largo de su historia, Urano ha marcado numerosos acontecimientos sociales; su descubrimiento en 1781, mientras transitaba por Géminis, agitó revoluciones significativas, como la Guerra de Independencia de Norteamérica y la Revolución Francesa en 1789. No es sorprendente, entonces, que en Estados Unidos un presidente nacido bajo el signo de Géminis esté organizando un auténtico movimiento revolucionario (pronto me dedicaré al análisis Astrocabalístico de su Carta Natal).
Sin embargo, la parte disonante de Urano puede derivar en situaciones caóticas si se produce un uso excesivo de su virtud. El descontrol puede llevar a la histeria colectiva o a psicosis cuando el miedo se apodera de las masas. También puede manifestarse en trastornos, excentricidades extremas, dictaduras, anarquías, irracionalidad, sectarismo, desintegraciones e incluso accidentes nucleares. En menor medida, puede resultar en un carácter intempestivo e impredecible, así como en actitudes incongruentes que intentan aplicar soluciones desmedidas, como "matar moscas a cañonazos."
Los medios de comunicación se convertirán en el blanco y el centro de atención. Tendrán el poder de ser artífices de un cambio positivo, elevando la Verdad a su máxima expresión, o, por el contrario, pueden contribuir a intoxicar la opinión pública con discursos que carecen de autenticidad. Sin embargo, Urano no es un títere manejable; las mentiras, que tienen las patas cortas, saldrán a la luz de manera inexorable. Recordemos que las palabras no se las lleva el viento; en cambio, se acumulan en el depósito del egregor negativo, con el riesgo de que esa energía densa y descontrolada termine estallando, provocando grandes incendios verbales, emocionales y materiales.
La Alianza de Urano y Plutón: Esperanza y Transformación
La buena noticia es que el tránsito de Urano en Géminis forma ahora un trígono, (aspecto venusiano), con Plutón en Acuario, algo que no sucedía desde tiempos remotos, y que supone que estos dos planetas transpersonales se juntan para formar una alianza a prueba de la destrucción masiva, o que permitan que nuevas disposiciones nos “salven” de la hecatombe. Acuario es la esperanza de una nueva Era, y la buena relación en Géminis nos permite dialogar, buscar soluciones cuando todo parecía abocado al desastre.
Además, Plutón y Urano establecen sextiles con Saturno y Neptuno en Aries. El sextil, un aspecto jupiteriano, nos brinda oportunidades de realización al unir la voluntad y la conciencia con el deseo de encontrar salidas positivas a los problemas. Es un momento en el que la imaginación cobra poder.
Aquellos que sean capaces de reinventarse experimentarán grandes y enriquecedores cambios en sus vidas. Por el contrario, quienes se queden estancados, convencidos de que todo está mal y que es mejor no moverse ni cambiar de ideas, se sentirán fuera de lugar. Esta es la esperanza de que el polvorín de tensiones y conflictos sea desactivado por una ola de conciencias dispuestas a liberarse de las ataduras del pasado.
Nos jugamos mucho en este proceso. Como siempre destaco, los astros proponen, pero el ser humano dispone.